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AGUSTINA LESCANO
SOMBRAS, LAS
AZOGUE LIBROS

Páginas: 50
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9786319009873

En Las sombras las cosas existen, están: una voz tranquila, discreta, las nombra, una conciencia despierta advierte lo simple y elemental que constituye nuestras vidas: los patios, los cielos, las plantas, los amigos, la heladera, el mate, el vino. Pero esas cosas están y no están, vacilan, pierden consistencia, ante el pensamiento cuando se enreda, ante las preguntas por el futuro, ante el temor de que todo se desmorone, ante la conciencia de la fragilidad por la inminencia o la posibilidad de la muerte. Lo real termina siendo, como no puede ser de otra forma, el cuerpo, las cutículas mordidas hasta lastimarse, el calor y el espacio que ocupa un cuerpo al amanecer antes de que el pensamiento agujeree todas las cosas. Pero si a la Agu la gata y las plantas no la sostienen, sí la sostienen los amigos, las conversaciones. Y una colección de momentos felices, donde lo real no vacila: un lapacho se vuelve un faro, la luz de la mañana alivia, el cielo deja de presagiar solamente amenazas y se vuelve fiesta. Cecilia Moscovich

SOMBRAS, LAS

$15.500
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AGUSTINA LESCANO
SOMBRAS, LAS
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En Las sombras las cosas existen, están: una voz tranquila, discreta, las nombra, una conciencia despierta advierte lo simple y elemental que constituye nuestras vidas: los patios, los cielos, las plantas, los amigos, la heladera, el mate, el vino. Pero esas cosas están y no están, vacilan, pierden consistencia, ante el pensamiento cuando se enreda, ante las preguntas por el futuro, ante el temor de que todo se desmorone, ante la conciencia de la fragilidad por la inminencia o la posibilidad de la muerte. Lo real termina siendo, como no puede ser de otra forma, el cuerpo, las cutículas mordidas hasta lastimarse, el calor y el espacio que ocupa un cuerpo al amanecer antes de que el pensamiento agujeree todas las cosas. Pero si a la Agu la gata y las plantas no la sostienen, sí la sostienen los amigos, las conversaciones. Y una colección de momentos felices, donde lo real no vacila: un lapacho se vuelve un faro, la luz de la mañana alivia, el cielo deja de presagiar solamente amenazas y se vuelve fiesta. Cecilia Moscovich