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LEONIDAS LAMBORGHINI
SIGUIENDO AL CONEJO / FOLLOWING THE RABBIT
PARADISO

Páginas: 56
Formato: 20 X 12 CM
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789871598144

Lo que Dodgson empieza a asumir en esa última velada con Alicia es que ella es cada vez más la sra. Hargreaves y él, cada vez más Lewis Carroll, y que han transitado el tiempo en direcciones opuestas. De ahí que se empeñe en sacarle fotos, en retener su imagen, como si así pudiera llevársela consigo, llevarse consigo a la verdadera Alicia Hargreaves, neé Liddell, allá abajo adonde el conejo lo reclama, allá abajo donde lo único que hay es Tiempo. Acá arriba, en cambio, el tiempo siempre, siempre, aviesa, tramposa, diabólicamente se (le) acaba. (extracto del prólogo) Andrés Ehrenhaus La metafísica celebratoria de imaginación, que suele presentarse como derivación liberadora de rutinas y emblemas carcelarios de la realidad, se une en el Conejo al síntoma infernal de lo imaginado, al tumulto de la imaginación como servidumbre y angustia, se pasa siempre de un estado a otro con la sola secuencia de palabras, siguiendo palabras. Y siguiéndolas en doble lengua, las réplicas y contrarréplicas de Alicia y Carroll saltan por el eco especular del inglés y este pasaje no es el ejercicio débil de un servicio de traducción sino más bien la fisiología dramática de la traducción, el nervio atenuado de violencia compositiva (extracto del prólogo) Américo Cristófalo

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PARADISO

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Lo que Dodgson empieza a asumir en esa última velada con Alicia es que ella es cada vez más la sra. Hargreaves y él, cada vez más Lewis Carroll, y que han transitado el tiempo en direcciones opuestas. De ahí que se empeñe en sacarle fotos, en retener su imagen, como si así pudiera llevársela consigo, llevarse consigo a la verdadera Alicia Hargreaves, neé Liddell, allá abajo adonde el conejo lo reclama, allá abajo donde lo único que hay es Tiempo. Acá arriba, en cambio, el tiempo siempre, siempre, aviesa, tramposa, diabólicamente se (le) acaba. (extracto del prólogo) Andrés Ehrenhaus La metafísica celebratoria de imaginación, que suele presentarse como derivación liberadora de rutinas y emblemas carcelarios de la realidad, se une en el Conejo al síntoma infernal de lo imaginado, al tumulto de la imaginación como servidumbre y angustia, se pasa siempre de un estado a otro con la sola secuencia de palabras, siguiendo palabras. Y siguiéndolas en doble lengua, las réplicas y contrarréplicas de Alicia y Carroll saltan por el eco especular del inglés y este pasaje no es el ejercicio débil de un servicio de traducción sino más bien la fisiología dramática de la traducción, el nervio atenuado de violencia compositiva (extracto del prólogo) Américo Cristófalo