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MARIA LAURA ROMANO
MONSTRUOS DE LA RAZON
EDUVIM

Páginas: 446
Formato:
Peso: 0.65 kgs.
ISBN: 9789876998062

Monstruos de la razón encuentra cautivante un singular-por escurridizo, meteórico, muy frágil- conjunto de periódicos no ilustrados, a los que rápidamente describe como «proyectos disímiles o semejantes pero siempre marcados por el mismo destino de obsolescencia». Entre lo irresistible y lo obsoleto, entre lo cautivante y lo intrascendente, ese conjunto siempre al borde de perderse en la indiferencia periódica del tiempo se vuelve, de golpe, objeto impar de actualidad, no sólo señalando entre 1820 y 1830 «las inconsistencias de la nueva era que nacía» sino proyectando, en su puesta en crisis de «la racionalidad como principio garante y autosuficiente del funcionamiento de los órdenes sociales», las críticas modernas al desencantamiento del mundo. Como un sismógrafo, lee Romano, esos periódicos no ilustrados miden los temblores sátiras más, sermones menos- provocados por las sucesivas olas ilustradas que revolucionaron las costas del Plata o, mejor aún, «la región platina».

MONSTRUOS DE LA RAZON

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MONSTRUOS DE LA RAZON
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Monstruos de la razón encuentra cautivante un singular-por escurridizo, meteórico, muy frágil- conjunto de periódicos no ilustrados, a los que rápidamente describe como «proyectos disímiles o semejantes pero siempre marcados por el mismo destino de obsolescencia». Entre lo irresistible y lo obsoleto, entre lo cautivante y lo intrascendente, ese conjunto siempre al borde de perderse en la indiferencia periódica del tiempo se vuelve, de golpe, objeto impar de actualidad, no sólo señalando entre 1820 y 1830 «las inconsistencias de la nueva era que nacía» sino proyectando, en su puesta en crisis de «la racionalidad como principio garante y autosuficiente del funcionamiento de los órdenes sociales», las críticas modernas al desencantamiento del mundo. Como un sismógrafo, lee Romano, esos periódicos no ilustrados miden los temblores sátiras más, sermones menos- provocados por las sucesivas olas ilustradas que revolucionaron las costas del Plata o, mejor aún, «la región platina».