Menú

ALBERTO CISNERO
MIL BRILLOS APAGADOS
BARNACLE

Páginas: 42
Formato:
Peso: 0.15 kgs.
ISBN: 9789878952604

Mil brillos apagados ISBN-978-987-8952-60-4 En la advertencia al lector, Alberto Cisnero refiere lo siguiente: En el ya remoto año ocho del siglo una facultad bonaerense convocó a un certamen de poesía bajo la impetración de Olga Orozco. Un amigo, Luis Pastrana, me anotició. El tiempo es breve, las esperanzas menguan y el plazo para el envío de inéditos llegó a su fin. Pero hubo un segundo llamado; lo supe a través del mismo corresponsal. Nunca había publicado en letras de molde ni ejercía de alumno en taller literario alguno (aunque pasábamos de las drogas a don Luis de Góngora), vivía en un villorrio con su ermita, su yuta, su forraje y era obrero en el gremio de la construcción, es decir, no tenía nada que perder. Envié Mil brillos apagados y resultó finalista. Un detalle: el jurado estaba integrado por los premios Cervantes de la lengua Juan Gelman, Gonzalo Rojas y Antonio Gamoneda. El libro se publicaría parcialmente en abril de dos mil doce, junto a otros cuatro poemarios inéditos, bajo el título unitario de El límite de la materia. El presente volumen reúne el conjunto de poemas que no se incluyeron en aquella edición; a más de tres lustros de escritos sólo podemos acotar que éramos jóvenes y necesitábamos el dinero; y que no hay pulso más firme que un corazón confundido.

MIL BRILLOS APAGADOS

$20.000
MIL BRILLOS APAGADOS $20.000
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Paradoxa Libros Mendoza 923, Rosario, Santa Fe

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

ALBERTO CISNERO
MIL BRILLOS APAGADOS
BARNACLE

Páginas: 42
Formato:
Peso: 0.15 kgs.
ISBN: 9789878952604

Mil brillos apagados ISBN-978-987-8952-60-4 En la advertencia al lector, Alberto Cisnero refiere lo siguiente: En el ya remoto año ocho del siglo una facultad bonaerense convocó a un certamen de poesía bajo la impetración de Olga Orozco. Un amigo, Luis Pastrana, me anotició. El tiempo es breve, las esperanzas menguan y el plazo para el envío de inéditos llegó a su fin. Pero hubo un segundo llamado; lo supe a través del mismo corresponsal. Nunca había publicado en letras de molde ni ejercía de alumno en taller literario alguno (aunque pasábamos de las drogas a don Luis de Góngora), vivía en un villorrio con su ermita, su yuta, su forraje y era obrero en el gremio de la construcción, es decir, no tenía nada que perder. Envié Mil brillos apagados y resultó finalista. Un detalle: el jurado estaba integrado por los premios Cervantes de la lengua Juan Gelman, Gonzalo Rojas y Antonio Gamoneda. El libro se publicaría parcialmente en abril de dos mil doce, junto a otros cuatro poemarios inéditos, bajo el título unitario de El límite de la materia. El presente volumen reúne el conjunto de poemas que no se incluyeron en aquella edición; a más de tres lustros de escritos sólo podemos acotar que éramos jóvenes y necesitábamos el dinero; y que no hay pulso más firme que un corazón confundido.