Menú

ADRIANA ROMANO
MALOS ADIOSES, LOS
DUALIDAD

Páginas: 176
Formato: 20 X 14 CM
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878804279

"Cuando escribo hablo conmigo, escucho las voces. Decir que me dictan las musas sería mentir, que me habla el mundo, magnificar las cosas; que me silba el viento en el pecho, metaforizar una experiencia de trabajo arduo. Cuando escribo hablo conmigo: conversación y escucha, no mucho más. Y a la hora de sentarme capto esa conversación interna que todo el tiempo tengo con la parte de mí que no cesa de hablarme; ponerlo en el papel me procura sensatez. Lo curioso es que cuando hablo con los otros también escribo, o mejor: las frases que voy armando en voz alta tienen la cadencia de mis conversaciones interiores, he aprendido a registrar eso. Después viene el oficio, el enmascaramiento, porque el pudor es fuerte y, mucho de lo que suelo decirme en silencio, es mejor que lo ponga en boca de otros". A.R.

MALOS ADIOSES, LOS

$11.900
Envío gratis superando los $50.000
MALOS ADIOSES, LOS $11.900
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Paradoxa Libros Mendoza 923, Rosario, Santa Fe

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

ADRIANA ROMANO
MALOS ADIOSES, LOS
DUALIDAD

Páginas: 176
Formato: 20 X 14 CM
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878804279

"Cuando escribo hablo conmigo, escucho las voces. Decir que me dictan las musas sería mentir, que me habla el mundo, magnificar las cosas; que me silba el viento en el pecho, metaforizar una experiencia de trabajo arduo. Cuando escribo hablo conmigo: conversación y escucha, no mucho más. Y a la hora de sentarme capto esa conversación interna que todo el tiempo tengo con la parte de mí que no cesa de hablarme; ponerlo en el papel me procura sensatez. Lo curioso es que cuando hablo con los otros también escribo, o mejor: las frases que voy armando en voz alta tienen la cadencia de mis conversaciones interiores, he aprendido a registrar eso. Después viene el oficio, el enmascaramiento, porque el pudor es fuerte y, mucho de lo que suelo decirme en silencio, es mejor que lo ponga en boca de otros". A.R.