Menú

EZEQUIEL LUDUEÑA
ERIUGENA
GALERNA

Páginas: 352
Formato: 20 x 14 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789505566662

Tercer tomo de la colección La revuelta filosófica, dirigida por Lucas Soares, dedicada a los pensadores que se rebelaron contra la forma en que la filosofía se venía practicando hasta entonces. Este volumen aborda la revuelta realizada por Eriúgena (800-877), un obstinado filósofo irlandés de la Edad Media que, apoyándose en la defensa y el ejercicio de la razón frente a toda autoridad humana, interpretó la Escritura y sostuvo que el infierno no era sino un estado de conciencia. Sostuvo también que la vida alcanza incluso a los seres que solemos pensar como inanimados; que el nombre más apropiado con que debemos llamar a Dios es "Nada"; que la Nada está más allá de todo y escapa al esfuerzo del pensamiento; y que el ser humano no es sino imagen de esa Nada. Sus ideas, vistas con sospecha desde un principio, fueron condenadas póstumamente en 1050, 1059, 1210 y 1225. Sin embargo, el pensamiento de Eriúgena emergió una y otra vez y llegó a nuestros años.

ERIUGENA

$16.500
Envío gratis superando los $50.000
ERIUGENA $16.500
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Paradoxa Libros Mendoza 923, Rosario, Santa Fe

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

EZEQUIEL LUDUEÑA
ERIUGENA
GALERNA

Páginas: 352
Formato: 20 x 14 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789505566662

Tercer tomo de la colección La revuelta filosófica, dirigida por Lucas Soares, dedicada a los pensadores que se rebelaron contra la forma en que la filosofía se venía practicando hasta entonces. Este volumen aborda la revuelta realizada por Eriúgena (800-877), un obstinado filósofo irlandés de la Edad Media que, apoyándose en la defensa y el ejercicio de la razón frente a toda autoridad humana, interpretó la Escritura y sostuvo que el infierno no era sino un estado de conciencia. Sostuvo también que la vida alcanza incluso a los seres que solemos pensar como inanimados; que el nombre más apropiado con que debemos llamar a Dios es "Nada"; que la Nada está más allá de todo y escapa al esfuerzo del pensamiento; y que el ser humano no es sino imagen de esa Nada. Sus ideas, vistas con sospecha desde un principio, fueron condenadas póstumamente en 1050, 1059, 1210 y 1225. Sin embargo, el pensamiento de Eriúgena emergió una y otra vez y llegó a nuestros años.