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MARIA LAURA GUISEN
DEFENSA PERSONAL
EDICIONES EN DANZA

Páginas: 70
Formato: 20 x 14 cm.
Peso: 0.25 kgs.
ISBN: 9789878431918

Hay un arma un alma en estos poemas, que se defiende y lucha, ataca y se preserva. No es un revolver, no; aunque podria serlo. Es algo mas sutil, mas punzante, y un poco mas elaborado tambien. Me refiero a la poesia, al uso y abuso de la poesia, como arma y escudo, cataclismo, fuerza esclarecedora o esbozo de agonia, es decir, como estrategia (indudable) de salvacion. Cada palabra, armada finalmente de si, parece apuntar a eso: restanar la herida o algo, acaso, mas inquietante: nombrarla, darle un lugar, un sitio de preferencia donde lo que tenga que ser, sea, y al mismo tiempo sea otra cosa (siempre otra cosa) desconocida. Lo que importa, en tal caso, no es abolir la ambiguedad de todo sentimiento sino ahondar, mediante el bisturi de la forma, en ese fondo sin fondo, en ese espejo de todos los espejos, que es el corazon en estado de perdida, o de esa incandescencia que es la perdida en el ambito, siempre cambiante, de la poesia. Cada poema como un ejercicio de defensa personal, donde la exposicion, en definitiva, no es debilidad sino fuerza. Del prólogo de Osvaldo Bossi

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Hay un arma un alma en estos poemas, que se defiende y lucha, ataca y se preserva. No es un revolver, no; aunque podria serlo. Es algo mas sutil, mas punzante, y un poco mas elaborado tambien. Me refiero a la poesia, al uso y abuso de la poesia, como arma y escudo, cataclismo, fuerza esclarecedora o esbozo de agonia, es decir, como estrategia (indudable) de salvacion. Cada palabra, armada finalmente de si, parece apuntar a eso: restanar la herida o algo, acaso, mas inquietante: nombrarla, darle un lugar, un sitio de preferencia donde lo que tenga que ser, sea, y al mismo tiempo sea otra cosa (siempre otra cosa) desconocida. Lo que importa, en tal caso, no es abolir la ambiguedad de todo sentimiento sino ahondar, mediante el bisturi de la forma, en ese fondo sin fondo, en ese espejo de todos los espejos, que es el corazon en estado de perdida, o de esa incandescencia que es la perdida en el ambito, siempre cambiante, de la poesia. Cada poema como un ejercicio de defensa personal, donde la exposicion, en definitiva, no es debilidad sino fuerza. Del prólogo de Osvaldo Bossi