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RAMIRO GARCIA
CUADERNO CELESTE, EL. EL CUADERNO NEGRO
PERFEITO

Páginas: 60
Formato: 17 x 14 cm.
Peso: 0.15 kgs.
ISBN: 9789878823225

1. Es navidad, la familia ya se duerme, el cuaderno celeste y B me piden ir a caminar a la playa. Intimidado por la oscuridad de la calle, B me da la mano con fuerza y se queda al lado mío parlotea excitado, todavía cree en Papa Noel, F como siempre le compró el regalo que él quería. Recuerdo que cuando A era una bebé vinimos con ella y F otra nochebuena llevarlo a él es cerrar un ritual, una plegaria que Jesús y Iemanjá escribirán en el cuaderno celeste. B está creciendo, hoy juega a imitar todo lo que hago cuando hablé de las nubes y la luna repitió mis palabras cuando me agaché a recoger una piedra en la arena hizo el mismo gesto. Es la primera vez que veo el mar de noche, le dice B al cuaderno celeste La playa se fue poblando: un grupo de adolescentes alrededor de una fogata, otros vestidos de fiesta van camino del salón del hotel, de una casa cercana tiran una ráfaga de fuegos artificiales. Los rojos y azules se multiplican contra la oscuridad del mar temo que el ruido lo haya asustado, aprieta con fuerza mi corazón y mi índice. Cuando la pirotecnia deja de iluminarlo me regala una mirada una de esas que saben salvar el sentido del mundo. (de El cuaderno celeste) -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El culo de bronce Nos gustaba fumar paragua en un banco a la sombra del culo de bronce de la estatua de la plaza San Martín. Tirana, me decías, en las tardes legañosas, me siento tan tapado como ese orto ciego y cerrado. ¿Qué hacemos en esta plaza llena de agilados además de ser blanco móvil del mierdazal de las palomas? Yo cebaba y armaba Maquieira se escuchaba diciendo que ese culo era un agujero negro, una galaxia dispuesta a tragarnos o a aplastarnos, cuando el sorete de bronce, que tarde o temprano iba a salir de ese orto patrio, rodara como una gigantesca bala de cañón sobre la plaza. Trepé el tapial de mármol y le puse un vasito de Activia vacío que saqué de la basura en el hocico al caballo. ¡Que reviente todo, hoy será el fin del mundo! Te reíste y me besaste nos sacamos selfis con tu celu fue la primera vez que me subiste en tus redes. ( de El cuaderno negro)

CUADERNO CELESTE, EL. EL CUADERNO NEGRO

$2.200
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1. Es navidad, la familia ya se duerme, el cuaderno celeste y B me piden ir a caminar a la playa. Intimidado por la oscuridad de la calle, B me da la mano con fuerza y se queda al lado mío parlotea excitado, todavía cree en Papa Noel, F como siempre le compró el regalo que él quería. Recuerdo que cuando A era una bebé vinimos con ella y F otra nochebuena llevarlo a él es cerrar un ritual, una plegaria que Jesús y Iemanjá escribirán en el cuaderno celeste. B está creciendo, hoy juega a imitar todo lo que hago cuando hablé de las nubes y la luna repitió mis palabras cuando me agaché a recoger una piedra en la arena hizo el mismo gesto. Es la primera vez que veo el mar de noche, le dice B al cuaderno celeste La playa se fue poblando: un grupo de adolescentes alrededor de una fogata, otros vestidos de fiesta van camino del salón del hotel, de una casa cercana tiran una ráfaga de fuegos artificiales. Los rojos y azules se multiplican contra la oscuridad del mar temo que el ruido lo haya asustado, aprieta con fuerza mi corazón y mi índice. Cuando la pirotecnia deja de iluminarlo me regala una mirada una de esas que saben salvar el sentido del mundo. (de El cuaderno celeste) -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El culo de bronce Nos gustaba fumar paragua en un banco a la sombra del culo de bronce de la estatua de la plaza San Martín. Tirana, me decías, en las tardes legañosas, me siento tan tapado como ese orto ciego y cerrado. ¿Qué hacemos en esta plaza llena de agilados además de ser blanco móvil del mierdazal de las palomas? Yo cebaba y armaba Maquieira se escuchaba diciendo que ese culo era un agujero negro, una galaxia dispuesta a tragarnos o a aplastarnos, cuando el sorete de bronce, que tarde o temprano iba a salir de ese orto patrio, rodara como una gigantesca bala de cañón sobre la plaza. Trepé el tapial de mármol y le puse un vasito de Activia vacío que saqué de la basura en el hocico al caballo. ¡Que reviente todo, hoy será el fin del mundo! Te reíste y me besaste nos sacamos selfis con tu celu fue la primera vez que me subiste en tus redes. ( de El cuaderno negro)