Menú

HILDA HILST
CARTAS DE UN SEDUCTOR
EL CUENCO DE PLATA

Páginas: 120
Formato: 21 x 13 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789871772896

Cartas de un seductor integra –junto con El cuaderno rosa de Lori Lamby y los atribulados Cuentos de escarnio-textos grotescos­– la trilogía cult-porno-erótica escrita y publicada por Hilst, casi a manera de heraldo negro, a comienzos de los años noventa (década en la que, para los observadores de fenómenos recurrentes, la pornografía tiñó los destinos de la política en Brasil). Según la autora, la escritura de los tres libros fue directamente motivada por su obstinado intento de “ganar lectores y dinero” haciendo algo “fácil de leer”. Pero cuando el original de las Cartas... fue enviado a Francia con esperanzas de traducción, los editores de Gallimard dictaminaron que Hilda había transformado la pornografía en arte. Irreverente como pocos en el uso del lenguaje y la revuelta del estilo, pero reverente como nadie en su búsqueda de lo sagrado, HH cautiva con su humor acre, descerrajado como un disparo en la sien. Y a través de su literatura erótica demuestra, quizás sin habérselo propuesto, una de sus propias hipótesis: Lo erótico no es la revolución, como quería Boris Vian; la verdadera revolución es la santidad.

CARTAS DE UN SEDUCTOR

$16.500
¡15% OFF comprando 1 o más!

Válido para este producto y todos los de la categoría: CATÁLOGO -> Ofertas -> Outlet.
Podés combinar esta promoción con otros productos de la misma categoría.

Envío gratis superando los $50.000
CARTAS DE UN SEDUCTOR $16.500
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Paradoxa Libros Mendoza 923, Rosario, Santa Fe

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

HILDA HILST
CARTAS DE UN SEDUCTOR
EL CUENCO DE PLATA

Páginas: 120
Formato: 21 x 13 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789871772896

Cartas de un seductor integra –junto con El cuaderno rosa de Lori Lamby y los atribulados Cuentos de escarnio-textos grotescos­– la trilogía cult-porno-erótica escrita y publicada por Hilst, casi a manera de heraldo negro, a comienzos de los años noventa (década en la que, para los observadores de fenómenos recurrentes, la pornografía tiñó los destinos de la política en Brasil). Según la autora, la escritura de los tres libros fue directamente motivada por su obstinado intento de “ganar lectores y dinero” haciendo algo “fácil de leer”. Pero cuando el original de las Cartas... fue enviado a Francia con esperanzas de traducción, los editores de Gallimard dictaminaron que Hilda había transformado la pornografía en arte. Irreverente como pocos en el uso del lenguaje y la revuelta del estilo, pero reverente como nadie en su búsqueda de lo sagrado, HH cautiva con su humor acre, descerrajado como un disparo en la sien. Y a través de su literatura erótica demuestra, quizás sin habérselo propuesto, una de sus propias hipótesis: Lo erótico no es la revolución, como quería Boris Vian; la verdadera revolución es la santidad.