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VIRGINIA CARAMES
AVES, MOSCAS Y OTRAS MAQUINAS
BARNACLE

Páginas: 46
Formato: 21 X 15 CM.
Peso: 0.11 kgs.
ISBN: 978-987-8952-23-9

Virginia Caramés en Aves, moscas y otras máquinas, desechando las exégesis de poetas parroquiales (sufren mucho, piden su óbolo: confidencias, miserias, querellas) y las apariencias tras los elementos figurativos del lenguaje, escribe sobre algo que siempre está ocurriendo muy lejos: en la página; y se demora en responder a ese conjuro antiguo, porque intuye que todavía una vez, un verso puede vivir mucho tiempo frente a los ojos de un hipotético lector (La voz partida será tu antorcha/ o mejor tu talismán). De alguna manera interpela a quienes fuesen a leer: ¿querían una lengua, un sistema, tocar un límite? requiere nada, hagan prueba de sí cuando las noches imperan (Extraviarse/ muda/ desnuda/ en cuál barro/ cuál); y desarrolla una idea peregrina: en el relato de algún caminante es posible devenir pródigos en aventuras y en hallazgos y tomar nota de las palabras (compases desordenados) que ofrece el libro ayuda a repeler el miedo y el tiempo y a recordar, exacto, un día, un nombre, una luz tardía. Porque la vida limita al arte y una sola línea sincera basta para distinguir la propina de la limosna. Así suele dictarlo el corazón (Acerca del camino/ Le pregunté/ Porque era tarde).

AVES, MOSCAS Y OTRAS MAQUINAS

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Virginia Caramés en Aves, moscas y otras máquinas, desechando las exégesis de poetas parroquiales (sufren mucho, piden su óbolo: confidencias, miserias, querellas) y las apariencias tras los elementos figurativos del lenguaje, escribe sobre algo que siempre está ocurriendo muy lejos: en la página; y se demora en responder a ese conjuro antiguo, porque intuye que todavía una vez, un verso puede vivir mucho tiempo frente a los ojos de un hipotético lector (La voz partida será tu antorcha/ o mejor tu talismán). De alguna manera interpela a quienes fuesen a leer: ¿querían una lengua, un sistema, tocar un límite? requiere nada, hagan prueba de sí cuando las noches imperan (Extraviarse/ muda/ desnuda/ en cuál barro/ cuál); y desarrolla una idea peregrina: en el relato de algún caminante es posible devenir pródigos en aventuras y en hallazgos y tomar nota de las palabras (compases desordenados) que ofrece el libro ayuda a repeler el miedo y el tiempo y a recordar, exacto, un día, un nombre, una luz tardía. Porque la vida limita al arte y una sola línea sincera basta para distinguir la propina de la limosna. Así suele dictarlo el corazón (Acerca del camino/ Le pregunté/ Porque era tarde).