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GUSTAVO TOBA
36 DESINTEGRACIONES
BARNACLE

Páginas: 52
Formato: 21 X 15 CM.
Peso: 0.15 kgs.
ISBN: 978-987-8952-08-6

¿Si hay un tema, objeto, zona que solo admite preguntas es el cuerpo? ¿La imaginación, las palabras, el intelecto, la deriva de las ideas y los sonidos propios del lenguaje que salen de la boca o que persisten resonando callados son elementos de la diversión, sus límites son informales, pueden extenderse siempre? Pero si llegamos a un fin, a un precipicio, a una pared, ¿llegamos al cuerpo? El narrador y personaje de estos episodios y disrupciones suele encontrarse con esta concreción que le dice algo acerca de lo que está más allá de los símbolos, la unión de todos ellos y la relación con los demás sujetos. La vida colectiva y personal, como comprimida, se remite a unos pocos indicios de trabajos, amigos, familiares, caminatas, médicos; otros cuerpos que se encuentran con un cuerpo, que tal vez está hecho de una tautológica percepción; así es que circula en la agonía por desplegar su memoria. Esa memoria se escribe a sí misma haciéndose presente en una progresión minuciosa. El narrador avanza por el temor al no sentido, por la respuesta del cuerpo, escrupuloso, delicado, dejando el registro de su sobrevivencia y del modo en que se hace expresión. A veces, ¿sus proyecciones laberínticas trafican la trama de una ficción o cierran una realidad adherida a la realidad misma?

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¿Si hay un tema, objeto, zona que solo admite preguntas es el cuerpo? ¿La imaginación, las palabras, el intelecto, la deriva de las ideas y los sonidos propios del lenguaje que salen de la boca o que persisten resonando callados son elementos de la diversión, sus límites son informales, pueden extenderse siempre? Pero si llegamos a un fin, a un precipicio, a una pared, ¿llegamos al cuerpo? El narrador y personaje de estos episodios y disrupciones suele encontrarse con esta concreción que le dice algo acerca de lo que está más allá de los símbolos, la unión de todos ellos y la relación con los demás sujetos. La vida colectiva y personal, como comprimida, se remite a unos pocos indicios de trabajos, amigos, familiares, caminatas, médicos; otros cuerpos que se encuentran con un cuerpo, que tal vez está hecho de una tautológica percepción; así es que circula en la agonía por desplegar su memoria. Esa memoria se escribe a sí misma haciéndose presente en una progresión minuciosa. El narrador avanza por el temor al no sentido, por la respuesta del cuerpo, escrupuloso, delicado, dejando el registro de su sobrevivencia y del modo en que se hace expresión. A veces, ¿sus proyecciones laberínticas trafican la trama de una ficción o cierran una realidad adherida a la realidad misma?